Muchos empresarios se han preguntado alguna vez por qué hay que hacer la disolución y liquidación de una empresa. Es habitual, sobre todo al ver que la facturación disminuye y los números no acaban de llegar, pensar en solucionar lo que está fallando.

Otros se han mostrado interesados en plantear la inactividad de sus sociedades para poder recuperarlas cuando les interese. Todas las opciones son buenas, siempre que se hagan por motivos objetivos reales. Con la intención de ayudar a todos ellos he decidido abarcar este tema desde mi punto de vista.

Antecedentes en liquidación de empresas

En España cierran cada año, debido a la coyuntura económica, una gran cantidad de empresas, de las cuales cerca de 20.000 lo hacen procediendo a realizar/tramitar su disolución y liquidación.

El cese de la actividad de las sociedades debido a circunstancias económicas se ha incrementado en los últimos tiempos, optando muchos empresarios por dejar sus empresas “dormidas” o inactivas cuando las condiciones no eran favorables.

Ante este escenario, en que se decide cesar en la actividad económica, es importante buscar soluciones al respecto, o por lo menos ser consciente de las consecuencias que implica la inactividad de la sociedad y plantear las opciones que se abren a partir de ese momento.

Pros y contras de las sociedades inactivas

En el caso de optar por mantener la inactividad de la sociedad, sin buscar la extinción de la misma, es importante tener en cuenta que desaparecen las obligaciones fiscales que lleva aparejada la actividad económica (como serían las liquidaciones de IVA, retenciones, …).

Sin embargo, subsisten determinadas obligaciones fiscales y mercantiles:

  • Impuesto de sociedades, en tanto en cuanto la sociedad continúa existiendo;
  • Cuentas Anuales, en tanto en cuanto la sociedad continúa existiendo, ya que de lo contrario se produce el cierre de la hoja registral de la sociedad y en caso de reactivar la sociedad debería regularizarse la situación;
  • Legalización de Libros Contables.

Como ventajas de esta opción destaca la posibilidad de reactivar la sociedad en caso que exista un cambio en la situación o la posibilidad de enajenar la sociedad.

Como contrapartida, debe tenerse en cuenta siempre que el hecho de mantener una sociedad sin actividad implica la subsistencia de obligaciones fiscales y mercantiles durante toda su existencia, con el consecuente gasto que implica el cumplimiento de las mismas, sin que exista por parte de la sociedad ningún ingreso.

La alternativa para evitar los inconvenientes relacionados con la inactividad, y siempre que se tenga claro que no se va a reactivar la actividad económica, es la disolución y liquidación de la sociedad, para así cerrar la empresa y actividad empresarial, y extinguir la sociedad y con ella los gastos y obligaciones que lleva aparejada.

¿Disolución o liquidación de empresas?

Cabe destacar que existe la posibilidad de realizar inicialmente solo la disolución de la empresa, y abrir luego el proceso de liquidación a la espera de poder realizar todas las deudas y haber social. Este paso estará sujeto a un plazo determinado, y en cualquier caso la sociedad no se considerará extinguida totalmente y por tanto no desaparecerá del tráfico jurídico hasta que se disuelva y liquide.

En caso de decantarse por la opción de la disolución y liquidación, deberá atenderse al interés en la continuidad futura de la sociedad o su desaparición, y valorarse la viabilidad de la misma, teniendo en cuenta los requisitos que deben darse para acordar la disolución y liquidación, sobretodo aquellos relativos a la inexistencia de deudas de cualquier tipo por parte de la sociedad.

Conclusiones

Al final hay que saber qué se quiere hacer con la empresa. Si se tiene previsto volver a activarla en un tiempo es interesante mantenerla. Si no vas a necesitarla para nada más no deberías mantenerla. El mejor consejo para este último caso es llevar a cabo la disolución y liquidación de tu empresa.

Siempre es buena idea acudir a un profesional que te ayude a tomar la decisión que más puede beneficiarte para evitar problemas en el futuro.

¿Te ha quedado un poco más claro? ¿Tienes alguna duda que quieres que te solucionemos?

Si necesitas ayuda con la disolución de una empresa, pregunta a nuestros expertos asesores jurídicos para que te ayuden.